Mis Recuerdos de la Pandemia del Coronavirus, Nigeria
Hna. Virginia Chukwuemeka, O.P.
Hermanas Dominicas de Santa Catalina de Siena, Gusau Nigeria
La pandemia del COVID-19 me ha dejado muchos recuerdos que me gustaría compartir. Los recuerdos son tanto agradables como desagradables.
Uno de los recuerdos más hermosos es que los pueblos, naciones y comunidades buscaron el rostro de Dios como nunca antes. Nunca he visto u oído a la gente llamar a Dios como lo hicieron durante el COVID-19, aunque algunos todavía niegan la existencia de Dios. Otro recuerdo es que la misericordia de Dios se manifestó en que no todos fuimos destruidos por la pandemia.
Mucha gente adquirió sabiduría frente a la pandemia de COVID-19, ya que los efectos de la COVID-19 demuestran que nada importa realmente excepto Dios.
La impotencia, la vulnerabilidad y la limitación de la persona humana se hicieron obvias e innegables ante la pandemia de COVID-19. ¿Podría usted imaginarlo? Los expertos médicos se sienten humillados por la pandemia del virus de la Corona. La Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) en un momento dado se mantuvo impotente ante la pandemia del coronavirus mientras veía morir a la gente ante sus propios ojos y no se podía hacer nada para salvar la vida de las personas afectadas. Se aconsejó a los enfermos que normalmente deben visitar los hospitales para recibir tratamiento que se mantuvieran alejados de los hospitales en la medida de lo posible como forma de tomar precauciones contra la enfermedad del coronavirus. ¡Oh! Qué ironía.
Algunos recuerdos desagradables incluyen las leyes de aislamiento y cuarentena hechas para ayudar a controlar la propagación de la enfermedad. La implementación de las leyes en realidad ayudó pero por otro lado, resultó crear un trauma psicológico y estrés emocional y separación entre familias, amigos, relaciones, comunidades y naciones. La pandemia libró guerras contra la fraternidad humana y distorsionó las relaciones sociales.
Los cierres oficiales observados por la gente en muchas partes del mundo limitaron e interrumpieron las actividades del mundo al no permitir las actividades normales de la vida, por ejemplo; las escuelas, los mercados, los lugares de culto, los lugares de reunión social y de relajación fueron todos cortos a la vez, aunque las actividades normales se están reanudando gradualmente.
Finalmente, creo que la pandemia del coronavirus no durará para siempre. Espero que Dios, que es el único que vive y reina para siempre, algún día ponga fin a la pandemia y que las personas de todas partes reanuden sus actividades normales de una manera refinada.