YSOP 2025: Predicar comunidades

La histórica ciudad de Caleruega, España—lugar de nacimiento de Santo Domingo—recientemente acogió la reunión anual de las Hermanas Dominicanas Jóvenes de Europa. Durante varios días, hermanas de toda Europa se reunieron en oración, estudio y un compromiso compartido con el futuro de la vida y misión dominicana.

Una Peregrinación de Conexión y Aprendizaje

El viaje comenzó en Madrid, donde hermanas de diferentes países europeos fueron llegando. El primer día estuvo marcado por una cálida bienvenida y una introducción al rico patrimonio de Caleruega, incluyendo una visita a la torre donde Santo Domingo pasó sus primeros años. Esto marcó el tono del encuentro: una experiencia arraigada en la historia pero con visión de futuro, buscando abordar los desafíos y oportunidades que enfrenta la misión apostólica dominicana hoy en día.

El Llamado al Estudio y la Predicación

Un tema central del encuentro fue la importancia de la educación en la preparación para la misión de predicar. La Hna. Kerstin-Marie Berretz OP dirigió una discusión dinámica sobre la necesidad de la educación superior para las hermanas dominicas, enfatizando que el aprendizaje continuo es esencial para ser predicadoras efectivas. Las conversaciones exploraron las expectativas y desafíos de las mujeres en la vida religiosa hoy en día, destacando la necesidad de una formación continua y credibilidad académica tanto en espacios eclesiásticos como seculares.

Respondiendo a la Migración y las Realidades Sociales

Una sesión conmovedora dirigida por la Hna. Rosi, de las Islas Canarias, arrojó luz sobre la difícil situación de los migrantes que llegan a Europa, especialmente a través de rutas marítimas peligrosas. Compartió relatos de primera mano sobre las duras realidades que enfrentan aquellos que buscan refugio y el papel que desempeñan las hermanas dominicas en la acogida, la educación y la defensa de sus derechos. La discusión subrayó el llamado urgente a ser una voz para los sin voz y a integrar la fe con la justicia social.

Solidaridad Dominicana en Tiempos de Conflicto

Otro momento poderoso del encuentro fue el testimonio de las hermanas dominicas que trabajan en Ucrania y Eslovaquia, quienes hablaron sobre su misión en medio de la guerra y el desplazamiento. La Hna. María, conectada por Zoom desde Kiev, compartió la resiliencia de su comunidad al ofrecer refugio y apoyo espiritual. Mientras tanto, las hermanas eslovacas relataron sus experiencias albergando refugiados y fomentando el entendimiento intercultural. El mensaje fue claro: la vida dominicana es un llamado a estar con los necesitados, incluso en las circunstancias más difíciles.

Dando Forma al Futuro de la Vida Dominicana

Uno de los principales resultados del encuentro fue la elaboración de un manifiesto que será presentado a las Prioras en mayo. Este documento establece pasos concretos para fortalecer la formación, fomentar la colaboración intercongregacional y crear oportunidades para que las hermanas jóvenes se reúnan regularmente. También se destacó la importancia del intercambio lingüístico y cultural, asegurando que las hermanas puedan comunicarse y colaborar eficazmente a través de las fronteras.

El encuentro reafirmó la importancia de la democracia dominicana, donde las voces de las hermanas jóvenes contribuyen a dar forma al futuro de la Orden. Se hizo evidente que, para sostener la vida dominicana, el liderazgo debe adoptar una visión más amplia de colaboración en lugar de verse como congregaciones separadas.

Un Espíritu de Unidad y Compromiso

El encuentro concluyó con reflexiones sobre los desafíos y esperanzas para YSOP en Europa. Entre las preocupaciones planteadas se encontraron los problemas de visado y residencia, el descenso de vocaciones religiosas y el acceso a la educación. Sin embargo, las hermanas también expresaron una profunda gratitud por la oportunidad de conectar, soñar y planificar un futuro en el que la vida dominicana continúe floreciendo.

Al finalizar el encuentro, las hermanas dejaron Caleruega con un renovado sentido de misión, lazos fortalecidos y una firme convicción de que su camino compartido seguirá inspirando y transformando. El espíritu de Santo Domingo sigue vivo, encendiendo corazones y mentes para predicar el Evangelio con sabiduría, valentía y compasión.

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